Gerald Hernández / LBPN
El Bóer disfruta de su mejor arranque desde 2018, gracias a
una ofensiva que se ha instalado como la más activa de la liga, mientras que el
pitcheo cumple con su parte.
El dominicano Noe Toribio despegó feroz en la colina con
tres entradas perfectas por los felinos, pero en el cuarto lo perdió todo.
Gilberto Jiménez dio hit y aunque luego fallaron Raúl Rivas y Ademar Rifaela, el
estadounidense Joseph Carpenter dio imparable impulsador de la primera carrera
y siguió Manuel Geraldo con un cuadrangular de dos que movió la pizarra a 3-0.
Por el otro lado, el zurdo Oscar Rayo, uno de los prospectos
nicaragüenses más aventajados en las Ligas Menores, pintó tres ceros en una
labor limitada a 60 lanzamientos por su organización (Kansas City), pero Santos
Jarquín respondió con par de argollas y el resto de relevistas se las arreglaron
para proteger la ventaja de los Indios. Jarquín fue el ganador y Toribio cargó
el revés.
Cuando Rayo y Jarquín salieron de escena, los Tigres por fin
pudieron reaccionar. En el inicio del séptimo, el dominicano Luis González se
voló la cerca en recibimiento del relevista Andy Martínez, quien dio una base y
golpeó a uno, así que un imparable de Omar Mendoza remolcó una y apretó el
marcador a 3-2.
La defensa de los Tigres flaqueó en el cierre del octavo y
el Bóer aprovechó para anotar dos carreras más, impulsadas por hit del
venezolano Raúl Rivas, que aumentaron la ventaja a 5-2.
Con tres de ventaja y solamente tres outs pendientes, todo parecía
escrito, pero los Tigres se rebelaron en el noveno y por poco cambian la
historia del partido.
El lanzador dominicano Aneudy Cortorreal, de mucha velocidad,
pero que pasó apuros con el comando de sus pitcheos, se enredó de entrada con
boleto a Ismael Alcántara. Luis González dio hit, pero Alejandro de Aza falla
en una rola, la que al menos hizo mover a los corredores, poniendo a ambos en
posición anotadora.
Enmanuel Trujillo con un Infield hit por el campo corto y el
ex bigleaguer Eurys Pérez con un imparable al bosque izquierdo, acercaron a los
Tigres 5 a 4, mientras que un sencillo de Josmar Cordero llenó las bases con
solamente un out.
El Bóer no parecía tener escapatoria cuando ocurrió lo
inesperado. William Rayo dio una rola de bount alto por la segunda base,
territorio de Luis Medina. Cordero, que corría de primera a la segunda base,
hizo una pausa en su carrera para evitar que la pelota lo golpeara y luego reanudó
su marcha. Cuando Medina buscó a Cordero para tocarlo, cayó al piso enredado con
él, lo que fue interpretado por el juez de la segunda base, Francisco Ríos,
como interferencia y de inmediato penalizó que se completaba la jugada de doble
play, para un final de juego amargo y polémico, que por supuesto provocó la
fuerte protesta del equipo chinandegano. Este tipo de jugadas no son apelables
y el duelo terminó ahí, más allá si el árbitro tuvo o no la razón en su
decisión.
Los Indios solamente dieron seis imparables en el encuentro pero fueron oportunos. Los Tigres ligaron una docena de cohetes y en todos los innings colocaron corredores en las bases, pero no sincronizaron. González y Geraldo, que tumbaron la cerca, llegaron a dos jonrones cada uno, alcanzando en el liderato al chinandegano Enmanuel Trujillo.
Este miércoles descansan los Tigres y el Bóer viaja a Estelí para enfrentar al Tren a las 6:00 de la tarde.