Gerald Hernández / LBPN
En una de las mayores sorpresas de los últimos años en nuestro medio, los Gigantes de Rivas, el equipo con más peloteros de renombre nacional e internacional, con nueve series finales en 11 años de historia y las últimas cuatro de forma consecutiva, y el actual campeón, es el primer equipo eliminado del XX Campeonato Claro de la LBPN.
Cuando se anunció que esta temporada sería de libre contratación de jugadores extranjeros, la imaginación de los Gigantes voló y fueron capaces se reunir a seis jugadores con experiencia en las Grandes Ligas, incluyendo a Cheslor Cuthbert, además de una serie de figuras de peso en las ligas invernales. Se hizo todo lo posible económica y logísticamente, como lo hacen siempre, por mantenerse en los altos niveles, pero esta vez no funcionó, no hubo química, no hubo sincronización y por lo tanto no hubo triunfos.
Los Gigantes quedaron oficialmente eliminados al caer 9-1 ante los Leones, en Rivas. Debían ganar sus últimos tres juegos y esperar que los Tigres perdieran el único que tienen pendiente, para provocar un empate en el cuarto lugar e ir a un juego extra por la clasificación.
Sin embargo, los melenudos destrozaron las esperanzas de los rivenses en solo el arranque con un jonrón de dos carreras de Chase Dawson frente a Tiago Da Silva y en el segundo episodio agregaron tres anotaciones, dos de ellas por hit oportuno de Caleb McNeely, mientras que en la otra acera, el bateo de los Gigantes era anulado por el pitcheo del dominicano Luis Peña, quien caminó tres entradas perfectas.
El cubano Yunieski García con un tremendo relevo, pero el bateo de los Gigantes siguió enmudecido. Solamente un jonrón del cubano Lázaro Alonso en el séptimo, provocó la única carrera del equipo, mientras que los Leones no daban tregua con tres carreras en el sexto y una en el séptimo.
Dilmer Mejía, en relevo de Peña, fue el ganador al lanzar dos innings sin permitir carrera, y perdió el abridor Da Silva.
Es apenas la segunda vez que los Gigantes son últimos en la tabla de posiciones. La primera fue en la temporada 2018-19. Este equipo está acostumbrado a ganar.
Los Gigantes perdieron 11 de sus 18 juegos por margen de tres carreras o menos, lo que indica que dejaron escapar muchos partidos que tuvieron a su alcance. Las teorías del fracaso son muchas: equipo lento, tenían pobre defensa, el bullpen un desastre, el pitcheo abridor no se fajó, la ofensiva no carburó, no había química entre los jugadores, habían demasiadas “estrellas”… No se puede culpar a una sola área, sino que se podría decir que hubo un poco de cada cosa.
Los Tigres, que tuvieron descanso, celebraron desde su cueva la clasificación al Round Robin, uniéndose a los Leones, el Bóer y el Tren. Estos cuatro equipos van a una etapa de 12 juegos y los dos más ganadores serán los finalistas.
Los Gigantes por primera vez no avanzan al Round Robin. Este es el sexto año con este formato y solamente los Leones no se han quedado fuera de la fiesta en ninguna vez. El Tren ha clasificado en sus cinco años de existencia.
Sin los Gigantes, nos perderemos de seguir disfrutando de la monumental temporada de Alonso con su habilidad para tomar bases y batear con poder, que lo tienen empatado en el liderato de jonrones con Ademar Rifaela; el impulso que traía Cheslor como colíder de las carreras empujadas y establecido como el mejor nica con el madero de la campaña; el repunte del ex bigleaguer Rusney Castillo; el pitcheo de filigrana de los cubanos Miguel Romero y Yunieski, más la fineza en la loma del zurdo Leonardo Crawford.
No hay refuerzos para el Round Robin y eso deja fuera por completo a todos los Gigantes. Sería un mayor atractivo que los equipo se inyectaran con par de peloteros de los rivenses.
Ahora no queda más que completar el calendario con los juegos de viernes y sábado. Este viernes, los Tigres reciben a los Leones, a las 1:00 de la tarde en El Viejo, porque el estadio Efraín Tijerino, de Chinandega, entró en proceso de remodelación, mientras que los Gigantes viajan a Estelí para enfrentar al Tren.